Aumentan migrantes ecuatorianos que se dedican a ventas en calles en New York


Cada día hay más migrantes de Ecuador que se dedican a ventas en calles, veredas, y callejones en New York, en los Estados Unidos (EE.UU.), en especial, en barrios que están en Brooklyn, Queens y Bronx.


Ellos han encontrado en el comercio callejero una manera de sobrevivir y mantener a sus familias, pues no tienen un empleo.

Así, las calles de New York, que son una mezcla de bullicio constante y multitudes apresuradas, se convierten en un espacio de trabajo para miles de ecuatorianos, quienes migraron en busca de un mejor futuro.

Venden desde comida rápida hasta frutas, también productos de aseo personal, golosinas, carteras, gafas, joyas, peluches, ropa, zapatos, artesanías, alfombras y más.

Sus historias, necesidades y desafíos a menudo pasan desapercibidos; sin embargo, para las autoridades de New York y para algunos vecinos de estas zonas, su presencia se ha vuelto un problema.

Migrantes ecuatorianos han armado una nueva feria libre en New York
Y así lo advierte Walther Sinche, ecuatoriano, quien vive desde hace 39 años en EE.UU., y es uno de los principales activistas por los derechos de los ecuatorianos en el país del norte.

“Algunas calles de New York, por citarlo a nivel de Cuenca, se están convirtiendo en otra feria libre. Sabemos de las necesidades de nuestros compatriotas, pero eso no justifica que rompamos las normas de este país…”, refiere.

“Lo que está pasando va a afectar a todos los ecuatorianos, esto nos deja muy mal a todos los migrantes, pues estamos viendo desorden, irrespeto a las leyes e incluso violencia, están rompiendo todas las normas…” sostiene.

Acota: “vemos a familias enteras con niños que salen a vender caramelos en los trenes, en las calles, en las avenidas… Eso no se había visto nunca antes aquí, esto es un problemas muy serio…”.

Indica que han intentado tener un acercamiento con los ecuatorianos que se dedican a este tipo comercio, para ofrecer capacitación y talleres para emprendimientos, pero que estos no aceptan.

“Ya veremos las consecuencias, las multas, los arrestos y ya ha habido casos incluso que han terminado en muertes, en graves agresiones, entonces esto se está saliendo de las manos…”, señala.

“Ya no solo estereotipan al hispano, sino ya están hablando en específico del ecuatoriano, entonces es muy malo para nuestra comunidad que ha venido forjándose y adaptándose a esta cultura…”, expresa.

Peleas entre migrantes ecuatorianos que son vendedores callejeros en New York
Ramses Frías, activista comunitario y un conocido político en New York, publicó un video en Instagram donde mostró una pelea en media calle entre dos mujeres ecuatorianas, comerciantes ambulantes.

“Esto está pasando a diario en nuestro barrio de Jackson Heights, Elmhurts y Corona. Vendedores informales se ponen en las calles bloqueando el flujo de tráfico peatonal…”, dice.

Además: “No hay ningún programa de extensión comunitaria que ayude a organizar este desorden o que muestre a estos vendedores cómo deben comportarse…”.

También publica: “… en lugar de mirar hacia el futuro estamos retrocediendo. En lugar de que ocurran nuevos desarrollos y proyectos de embellecimiento, tenemos un abandono total…”.

Accidentes en zonas donde hay migrantes ecuatorianos que trabajan con vendedores ambulantes
Patricio Guzmán, ecuatoriano, de Girón, quien tiene una tienda de productos básicos en Flushing, en Queens, cuenta que hace dos semanas dos niños ecuatorianos, de cuatro años, fueron atropellados en una calle en Forest Hills.

“La mamá estuvo trabajando vendiendo caramelos, mangos y fresas, y en un descuido los pequeños se salieron mucho a la calle y fueron alcanzados por una camioneta grande de una compañía de reparto…”, relata.

Por ventaja el vehículo circulaba a baja velocidad y los gemelos no salieron muy lastimados, pero uno de ellos terminó con el brazo quebrado… Organizamos una reunión para pedir donaciones para ayudarlos…”, cuenta.

Guzmán comenta que en los alrededores de su negocio cada día ve a más madres con sus tiernos hijos que se instalan en las esquinas para vender golosinas y pedir caridad incluso.

“La gente sigue viniendo sin saber que cada vez hay menos oportunidades acá, ya no hay trabajo y las leyes migratorias se están poniendo duras, ya no hay las mismas oportunidades de antes…”, menciona.

 

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