El presidente de Estados Unidos y el expresidente Donald Trump se enfrentaron en un tenso primer debate televisado de las elecciones de 2024, en el que los lapsus que sufrió el aspirante a la reelección le impidieron refutar lo que lanzó su contrincante republicano.
La animadversión mutua que se profesan ambos políticos quedó clara al inicio del debate, cuando no se dieron la mano al salir al escenario del estudio de la cadena CNN en Atlanta en el que se celebró el encuentro.
Biden por momentos, pareció perder el hilo de sus pensamientos y tropezó en varios puntos, provocando lo que algunos analistas describieron como «pánico» dentro del Partido Demócrata.
Trump repitió afirmaciones que se han demostrado que son falsas o evitó directamente responder las preguntas le formularon, al tiempo que atacó repetidamente a Biden por su manejo de la economía y su historial en política exterior, así como por las cifras récord de llegada de inmigrantes.
Esta es la segunda vez que Biden y Trump se disputarán la Casa Blanca después de que el republicano perdiera las elecciones de 2020, aunque ambos todavía deben ser nominados oficialmente por sus respectivos partidos.
Tras el mal desempeño de Biden, se escucharon voces desde el lado demócrata que sugerían que el partido debería plantearse presentar a otro candidato a las elecciones de noviembre, algo que a estas alturas parece altamente improbable.
A diferencia de debates anteriores, este cara a cara se celebró sin una audiencia en vivo y también contó con micrófonos silenciados para los candidatos durante el tiempo de palabra asignado a su oponente, lo que evitó que se reinara en el caos que caracterizó el primer enfrentamiento hace cuatro años.
Según destaca el editor para Norteamérica de la BBC, Anthony Zurcher, sobre todo en la primera parte del debate, debido a sus lapsus e indecisiones, Biden estuvo contra las cuerdas en muchos de los intercambios, en los que se trataron temas como la economía, la inmigración o las guerras de Ucrania y de Gaza.
Para Zurcher algunas de las respuestas del mandatario fueron confusas y poco claras, algo que «que sin duda aumentará la preocupación de muchos estadounidenses de que pueda ser demasiado mayor para ser presidente».
Tampoco le ayudó a Biden su afonía, que hacía difícil entender algunas de sus respuestas.
«Pero como un boxeador contra las cuerdas, Biden comenzó a dar grandes golpes contra su oponente en un intento de cambiar el rumbo del debate», señaló Zurcher.
Biden, tras recordar la condena de Trump por cargos derivados de una supuesta relación con la estrella de cine para adultos Stormy Daniels, dijo que el expresidente tenía “la moral de un gato callejero”.
«No tuve relaciones sexuales con una estrella del porno», respondió Trump.
Trump también se mostró a la defensiva al hablar de su respuesta al ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Washington y evitó responder a algunas preguntas. Asimismo optó por hacer afirmaciones falsas en temas como la economía o la inmigración, dos de las principales preocupaciones de los ciudadanos, de acuerdo con las encuestas.
“Quiere que las fronteras estén abiertas”, fue una de las declaraciones no sustentadas que Trump lanzó.
Ciertamente Biden ha revertido algunas de las políticas migratorias de su predecesor, como la decisión de forzar a los inmigrantes a permanecer en México mientras se decidían sus peticiones de asilo, pero en los últimos tiempos ha adoptado medidas duras como la de obligar a los simpapeles a tramitar sus peticiones en sus países de origen.
Otra falsedad fue el señalamiento de que durante la actual administración EE.UU. ha registrado el mayor déficit fiscal de la historia.
Las cifras del Departamento del Tesoro revelan que este récord se logró precisamente durante el gobierno de Trump cuando las cuentas con cerraron con un hueco de US$ 3,13 billones. Para 2023 el déficit se había reducido a 1,7 billones, según los datos oficiales.
Al llegar al tema del polémico tema del aborto el expresidente desvió repetidamente la atención hacia lo que definió como “extremismo” demócrata y llegó a afirmar que los demócratas apoyan los abortos después del nacimiento de los bebés.
“Él puede quitar la vida del bebé en el noveno mes e incluso después de su nacimiento. En algunos estados gobernados por los demócratas le quitan la vida a un niño después del nacimiento”, dijo.
El infanticidio es ilegal en todo el país y en la mayoría de los estados la interrupción del embarazo después de las 21 semanas es difícil de practicarse.
Pese a la gravedad de la afirmación, Biden no replicó de inmediato y apenas murmuró algo mientras negaba con la cabeza y cerraba los ojos.
Y solo después de que Trump acusó de estar a favor de que un bebé sea “arrancado del vientre de la madre en el noveno mes”, el aspirante a la reelección reaccionó.
«¡Mientes. Eso no es verdad! (…) no estamos a favor del aborto tardío y punto”, espetó.
La cuestión de la edad
En los últimos meses muchos estadounidenses han expresado en las encuestas su preocupación por la edad y la aptitud de Joe Biden, quien tiene 81 años, para el cargo y, según Zurcher, este debate no disipó esas preocupaciones.
«El presidente llegó al debate con un listón bajo que superar y tropezó. Estaba plano. Estaba divagando. No estaba claro», señaló Zurcher.
La campaña de Biden aseguró a los periodistas que el presidente estuvo luchando contra un resfriado, en un intento de explicar su voz ronca.
Cuando se le preguntó a Biden sobre el tema de la edad en el debate, mencionó brevemente que durante la primera mitad de su carrera fue uno de los políticos más jóvenes elegidos para el Senado. Luego se centró en su historial económico.
Según destaca desde Atlanta la periodista de la BBC Courtney Subramanian, es típico que un político responda la pregunta que quiere en lugar de la que le hacen, «pero Biden se ha visto perseguido por la preocupación de si podrá mantenerse en el cargo otros cuatro años (tendría 86 años al final de un segundo mandato).
«El debate fue una oportunidad para brindar una respuesta clara y contundente sobre por qué su edad es una ventaja y no una vulnerabilidad y, desafortunadamente, fue una oportunidad perdida», señaló Subramanian.
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