
Resultados convierten a la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford en la primera en proporcionar evidencia que logra detener el Sars-Cov 2 sugiriendo ser la única en evitar su propagación.
Los datos, si bien son muy satisfactorios, aguardan aclaraciones adicionales. Con una efectividad alta para el grupo al que se le dio un régimen de dosificación menor, siendo esta una población del ensayo reducida y que no incluía a adultos mayores, hay señalamientos con respecto a la capacidad de protección que podría tener frente al coronavirus.
Las cifras de eficacia, que justifican las conclusiones de The Lancet, corresponden a 11.636 voluntarios en Reino Unido y Brasil, la mitad de los cuales recibieron la vacuna y la otra mitad un placebo. La evidencia de la efectividad para vencer al virus se calcula observando cuántas personas se contagian en el grupo de voluntarios vacunados en comparación con el grupo de placebo.
De los 131 casos de infectados con coronavirus, detectados catorce días después de la segunda inyección de la vacuna, 30 procedían del grupo vacunado (que tenía 5.807 voluntarios) y 101 del grupo placebo (5.829), es decir, una eficacia del 70%.
Sin embargo, esta eficacia es solo un promedio, ya que se utilizaron dos protocolos diferentes durante el ensayo. De hecho, 1367 voluntarios británicos fueron los que recibieron primero media dosis y luego una dosis completa un mes después. Para estos voluntarios, la eficiencia fue del 90%. Los que recibieron una aplicación completa, logran una inmunidad del 62%.
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